El Pisco que encontré

La primera semana de agosto visité Pisco, caminé por su plaza principal y almorcé en un simpático restaurant ubicado en una pequeña calle muy transitada y llena de vida conocida como el boulevard.

Este domingo 2 de setiembre, casí un mes después, volví a la ciudad y, no pude menos, que mirar atónito y, sentir que un nudo me apretaba la garganta. Sólo quedaban el municipio, seriamente afectado, dos torres de la iglesia, no había el Embassy, otros tantos espacios vacíos en donde se levantaban casas, comercios, bancos e instituciones púbicas. El boulevard, en una desolación total, lleno de escombros y con sus casas a punto de caerse o demolidas.

Luego caminé hacia el muelle y, en el camino, sólo vi escombros, casas, colegios, edificios, calles y veredas partidas. Pero también habían personas que reacias a dejar su terruño, almorzaban alrededor de sus mesas, o descanzaban en sus camas tendidas en plena calle.

Casi el 90% de la ciudad está demolida. Las edificaciones que aún están en pie, en su mayoría, quedaron inhabitables. Pocas se mantuvieron intactas y no creo que sea por milagro, sino por pura maldad de la naturaleza; pues los vecinos que no han muerto, se están yendo.

Los más afectados
Los pobres perdieron otra vez, ni una casa de adobe quedó en pie; y sus templos, en dónde suelen encontrar algún consuelo, también sucumbieron ante el embate del sismo.

Ahora el dilema de la reconstrucción es inmenso; a los problemas humanos y sociales, se agregan las disputas de políticos, empresarios y no gubernamentales que no miran más que una oportunidad para hacer dinero.

No es posible visualizar un futuro para esta pequeña y tradicional ciudad. Mientras los politicos pelean la gente se va, otros se quedan desamparados y, otros más, resignados comienzan a ganarse el sustento llevando a gente a recorrer los escombros de la ciudad; un paseo turístico por el horror.

Comentarios

Unknown dijo…
Que pena!

Yo estaba en Pisco el 14 y el 15 de agosto.

Cuántas caras de gente encontradas sobre el boulevard vuelven yo al espíritu...
A los 6,00 de la tarde del 15 agosto una chica de Pisco me ofreció una mascota a la Estación de Ormeno para una entrevista a la cual había respondido.
Un abrazo de Italia
milena