¿JNE allana el camino para un fraude?

(JNE se rectifica: JNE deja sin efecto norma sobre encuestadoras)

Las encuestadoras casi nunca han sido de mi agrado; a mi mente siempre vuelve el "cambiazo" que perpetró Valdimiro Montesinos, durante la última etapa del Fujimorismo, en la cual un conocido locutor de TV anunció con total frialdad, nuevos resultados minutos después de haberse lanzado un primer Flash totalmente diferente.

Sabemos que las encuestadoras realizan su trabajo muchas veces bajo contrato, razón por la cual, pensamos que es necesario regular su acción. A pesar de esto, en ningún momento se nos ocurrió que los encuestados debían dar su DNI y dirección de domicilio, tal como lo exige ahora una nueva norma emitida por el Jurado Nacional de Elecciones.

Esto ha lavantado una ola de protestas en algunos y manifestaciones de júbilo en otros. Por mi parte me uno a los que protestan, no sólo por que creo que estás empresas encuestadoras aportan su granito de arena a favor de la transparencia del proceso electoral, si no por que creo que la mejor manera de regular su trabajo es exigiéndoles mayor precisión en sus estudios. Con definir un margen de error "aceptable o tolerable" que debieran de lograr, hubiese sido suficiente para que estas encuestadoras sean más cuidadosas en su trabajo.

Sin embargo, el JNE optó por una manera que evidencia, sin lugar a dudas, un afán de sacarlas del escenario. Esto es peligroso para la transparencia del proceso electoral, puesto que, si las encuestadoras cumplen con su amenaza de no realizar sondeos (sea por protesta o por que los encuestados no quieren dar sus datos personales), no tendremos ninguna referencia sobre la intención de voto, ni nada que nos de indicios sobre las preferencias electorales de la población; con esta incertubumbre es fácil que nos hagan "el cuento".

Que nos hagan "el cuento" es una posibilidad real que está a sólo un paso, puesto que ahora es posible manipular los votos a control remoto; desde cualquier equipo conectado a internet, con los permisos necesarios, puedes ingresar a cualquier base de datos e ingresar información como te venga en gana, y si no tenemos referencias de las preferencias del elector, no tendremos a quién reclamar.

Durante el Fujimontesinismo ya se hizo algo así; ahora, las cosas son mucho más fáciles aún. De manera que, si queremos que se respete la decisión del pueblo en este proceso electoral queda un par de acciones a tomar de manera inmediata:

  • Protestar para que se anule esta disposición del JNE y que se establezca, más bien, un margen tolerable de error que obligue a las encuestadoras a ser más precisas en sus estudios.
  • Además, los partidos deben formar equipos para que auditen el sistema de conteo de votos del JNE, así como para supervisar permanentemente el acceso a los servidores de bases de datos donde se almacena la información (Que no sean esas visitas de protocolo que realizan los candidatos principales, sino expertos informáticos establecidos en las mismas oficinas).

Si no se hace esto, seguramente habrá muchas sorpresas y llanto de los perdedores para todo el año.

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